Las estrías son atrofias cutáneas en forma de líneas sinuosas de color blanquecino o amoratadas que, localizadas en el tejido conjuntivo, se observan por transparencia a través de la epidermis.
Se localizan principalmente en la pared del vientre y mamas. En realidad, son un estado patológico del tejido conjuntivo de la dermis, caracterizado por una fibrosis excesiva localizada en forma de cordones como respuesta a la rotura y mala calidad de las fibras anteriormente existentes. Se puede decir que son cicatrices de este tejido.
Si las estrías cuando se forman, son de color violeta o púrpura, nos indica que la dermis aún tiene riego sanguíneo. Si después son rosadas, también tiene riego. Cuando ya no hay riego sanguíneo son de color nacarado (blanquecinas).
Alrededor el 70 % de las embarazadas tienen estrías.
Hay dos tipos de estrías:
Estrías de distensión, llamadas trioque, se observan en mujeres embarazadas, en obesos que han perdido peso drásticamente y en patologías como el síndrome nefrítico y ascitis.
Estrías purpúreas o purpúreas de color violeta o rojos oscuros que son un signo característico del Síndrome de Cushing por la producción excesiva de cortisol (hipercortisolismo). Pueden ser creadas también por el consumo prolongado de corticoides farmacéuticos.
Desde un punto de vista fisiológico, las estrías son causadas por el estiramiento de las capas medias e internas de la piel debido al embarazo, la pubertad5 y el crecimiento rápido, también por el aumento repentino de peso o musculación. Cuando hay una ruptura de las fibras de colágeno y la elastina, la piel se debilita y se vuelven susceptibles a la cicatrización crónica que al igual que una vieja banda elástica, tienden a perder su elasticidad. Muchos dermatólogos creen que las hormonas también pueden jugar un papel en el que afectan a la capacidad de la piel para hacer frente al repentino y prolongado estiramiento.
Consulta en nuestra tienda productos y materiales de todo tipo para tratar este y otros problemas.